LA TRANSFORMACIÓN: Un salto diario hacia el éxito.

Por Naddia Macias

Todos vamos como borreguitos buscando alcanzar el éxito pero ¿realmente cuántos estamos preparados para recibirlo?

Pensamos, decimos,  hacemos, hacemos, decimos, pensamos  y el éxito no llega y no llega y no llega…

¿Te identificas?

Este es todo un tema, escuchamos por aquí y por allá que la definición de éxito es muy personal y claro que es así, el significado es individual basado en nuestras creencias y como ya lo vimos antes, éstas se basan en nuestras experiencias personales y las experiencias del entorno. Conoce más: http://www.mujeremprende.com.mx/5239-2/

Te comparto mi concepto. Mi éxito radica en mi realidad actual, en lo que vivo en este momento y mañana mi éxito será lo que viva el día de mañana, es decir, considero todos mis días exitosos independientemente del resultado que obtenga, ya que absolutamente todo me deja un aprendizaje y me transforma, hoy no soy la misma de ayer y mañana no seré la misma de hoy.

ÉXITO = TRANSFORMACIÓN = CRECIMIENTO

Mi éxito no radica en mis metas por alcanzar si no en como me siento diariamente; creo que las metas solo son un medio o un elemento para generar ese estado de transformación.

Puedo un día, una semana o un mes no alcazar todas mis metas y sentirme exitosa puesto a que ya aprendí como no hacer las cosas, ya aprendí que camino no tomar. Todo depende de que tan empañado esté el cristal con que lo mires.

Puedo un día sentirme triste o frustrada y al final del día sentir una sensación de exito, porque estoy segura que dentro de esas emociones hay un causa manifestandose y si abro bien los ojos la puedo ver y aprender, me puedo transformar.

Por otro lado, podemos ir encaminados a lo que hemos estado buscando, hacia nuestras metas, hacia nuestros sueños, podemos ir acercandonos cada vez más y más y más, pero si no estamos preparados para sentir eso que siempre hemos soñado ¡PUM! es cuando llega el miedo, el autosabotaje, la duda, la culpa o todas esas emociones y sensaciones que nos alejan de la vida que queremos.

Una mañana desperté con una sensación de miedo muy poderosa dentro de mi, como hacia mucho tiempo que no sentía, me llamó mucho la atención ya que ese día sería el primer día en desempeñar actividades por las cuales había estado trabajando un buen tiempo y eran el resultado encaminado a mi propósito plasmado en mi plan de vida. En efecto, era el primer día, esa emoción de ser el primer día y sentir el logro de alcanzar por lo que había estado trabajando dió tantas vueltas a mi cabeza que se empezó a desviar hasta convertirse en pánico, yo que todo me cuestiono empecé a preguntarme ¿y si las cosas salen mal?, ¿y si sucede algo que no pueda resolver?... y así hasta generarme terror, muchísima ansiedad y unas ganas tremendas de cancelar todo y quedarme en mi cajita segura. ¡Oh sorpresa! era muy común ese comprotamiento en mí... ahí fue en donde hice un alto y dije “Bueno, si todo este tiempo he estado esperando este momento, ¿porque ahora quiero huir?” y fue ahi en donde comprendí porque en otras ocasiones no alcanzaba algunas de las metas que me proponia, porque justo cuando estaba por alcanzarlas le daba pie a mis pensamientos, a la ansiedad no me daba cuenta que yo misma estaba frenando con la duda.  Muchas veces estuve en el “esque casi lo logro”... pero mis propios pensamientos me frenaban hacia el resultado. Justo ese día, me sentí la mas exitosa del mundo PORQUE ME DÍ CUENTA de lo que sucedía, no tanto por la meta alcanzada, la meta solo fue un medio para transformarme. ¿Y que crees?, ese día se me presentaron muchísimos retos, pero nada que no pudiera resolver :)

Creo que como a mí, a muchos nos ha pasado. No es porque no podamos ser exitosos si no porque no nos SENTÍMOS exitosos.

Ahora bien, piensa por un momento ¿cuáles fueron tus éxitos de hoy? no te enfoques en las metas alcanzadas, si no en como te transformaron independientemente si obtuviste el resultado o no. Recuerda, hoy no eres el mismo de ayer y mañana no serás el mismo de hoy. Esa es la clave del éxito.

Te mando abrazos apretados.